Producción y consumo

CAMBIAR LA PRODUCCIÓN Y EL CONSUMO

En la actualidad, el afán de lucro de las empresas estimula un ciclo insostenible de explotación, tala y extracción de nuestros recursos naturales que las empresas imponen a los consumidores a un ritmo insostenible antes de incinerar o enterrar los residuos y verter sus cenizas tóxicas en vertederos. Este modelo económico lineal no sólo viola los principios de justicia ambiental y es peligroso para nuestra salud y nuestro planeta, sino que es un sistema construido sobre la desigualdad. Para sostener el ritmo de consumo cada vez mayor de los países ricos y abastecerlos de bienes, se agotan recursos de otros países, desplazando a las comunidades de sus tierras, aumentando la pobreza y el hambre, y afectando la soberanía de estas naciones.

La producción y el consumo son dos importantes puntos base que hay que alterar en la economía lineal, y tanto las empresas, los individuos y los responsables políticos son actores que deben asumir su responsabilidad. Juntos, podemos crear un sistema circular que funcione dentro de los límites ecológicos y permita a las personas disfrutar de su derecho a un entorno seguro y saludable.

RESPONSABILIDAD CORPORATIVA

En todo el mundo, las políticas y programas de gestión de residuos se orientan en torno al supuesto de que los residuos son inevitables. Esto ha dado lugar a que se ponga atención a la prestación de servicios para el retiro de residuos y a la construcción de instalaciones para su destrucción o almacenamiento (incineradoras y vertederos). Con estos servicios a mano, las empresas tienen actualmente pocos incentivos para cambiar su modelo de negocio. En un modelo de basura cero, los productores son responsables de diseñar los residuos fuera de sus operaciones, y de proporcionar productos seguros que puedan ser fácilmente reutilizados, reciclados o compostados. La responsabilidad del productor incluye además la minimización de la cantidad de materiales utilizados, uso de contenido reciclado, generación de menos residuos y opciones libres de tóxicos en todas las partes del mundo, mejoras en sus sistemas de entrega y la protección de sus trabajadores y comunidades evitando el uso de sustancias químicas peligrosas en los productos y en la fabricación.

El principio de basura cero se basa en que nada debe desperdiciarse. Si un producto no se puede reutilizar, compostar o reciclar, simplemente no debería producirse.

RESPONSABILIDAD POLÍTICA

Basura cero depende de los gobiernos y del compromiso de la comunidad para influir y regular la industria mediante políticas sólidas como la prohibición total de materiales y prácticas peligrosas.

Los políticos pueden adoptar estrategias sencillas para reducir los residuos en origen, como la prohibición de productos desechables y la implementación de sistemas de reutilización y rellenado, así como la eliminación de envases y utensilios de un solo uso para sustituirlos por alternativas reutilizables y rellenables. Los políticos pueden redactar proyectos de basura cero que aumenten la transparencia en materia de reciclaje, promuevan la reducción y el desvío de residuos y apoyen el bienestar de los trabajadores. El apoyo a las empresas que proporcionan bienes o servicios de basura cero también es fundamental para el éxito de un plan de basura cero; los políticos pueden aprovechar el poder adquisitivo de sus gobiernos para apoyar a las empresas que proporcionan servicios de basura cero antes que a las que se dedican a la gestión de residuos.

© Slowood

RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL

Como consumidores, podemos hacernos cargo de nuestros hábitos de consumo para evitar los residuos en la medida de lo posible, y abogar por estrategias de basura cero. En la actualidad, cada vez son más las personas que adoptan un estilo de vida basura cero y que piden que las empresas que reduzca su producción de residuos. Se trata de una medida accesible que permite a las personas decidir su lugar como consumidores en sociedades en las que el consumo excesivo es una realidad. Aunque algunas comunidades tienen acceso a alternativas basura cero que no son factibles para otras, y la responsabilidad no debe recaer únicamente en los consumidores: el cambio individual todavía tiene el poder de convertirse en acción colectiva.

© Wala Usik