UNA SOCIEDAD BASADA EN VALORES HUMANOS Y EN LA JUSTICIA AMBIENTAL
Una sociedad basura cero no se basa en valores relacionados con el beneficio empresarial, sino en valores humanos relacionados con la comunidad, la cultura, la salud, el respeto y la equidad. Si bien basura cero tiene que ver con la conservación de los recursos, también tiene que ver con la manera inclusiva, equitativa y justa de llevar a cabo esta conservación.
La justicia social tiene un rol fundamental, ya que está intrínsecamente ligada a la justicia ambiental. Las incineradoras, los vertederos y las instalaciones de incineración altamente tóxicas están ubicadas de forma desproporcionada en comunidades de bajos ingresos, comunidades de color y comunidades marginadas. Por tanto, estas comunidades sobrecargadas se ven obligadas a pagar el precio más alto, y tienen derecho a conocer el verdadero costo que estas instalaciones tienen para su salud y medio ambiente.
La actual crisis de los residuos y la falta de un sistema de reciclaje también afectan de forma asimétrica a los países del Sur, a los que los países del Norte envían sus residuos. Ninguna comunidad debería cargar con la basura de otra. El colonialismo de los residuos refuerza las desigualdades estructurales, lo que es evidente en el trato que reciben los trabajadores de los residuos a pesar de su peligroso e invaluable trabajo.
Para poder curar las desigualdades sistémicas y el racismo institucional endémico de nuestra crisis de los residuos, las comunidades más afectadas por los residuos deben tener una voz central en la distribución de los recursos y en el diseño de los programas de basura cero si se quiere que estos sean justos y equitativos.
En muchos países, las y los recicladores construyeron sistemas de reciclaje desde cero y contra todo pronóstico. Es imperativo que los gobiernos reconozcan sus contribuciones y los conviertan en el centro de sus planes de basura cero, proporcionándoles un sustento digno, incluyéndolos formalmente en la economía e invirtiendo en su trabajo.
JUSTICIA Y EQUIDAD EN ACCIÓN
En Sasolburg (Sudáfrica) y Buenos Aires (Argentina), las y los recicladores informales trabajaban en condiciones peligrosas y a menudo eran acosados por las fuerzas del orden, a pesar de prestar un servicio vital a la comunidad. Estos trabajadores se unieron para formar poderosas cooperativas que lucharon -y finalmente ganaron- el derecho a ser reconocidos formalmente como trabajadores de la ciudad, con buenos salarios y beneficios.
En Boston, los fundadores de CERO, una empresa de compostaje que ofrece servicios de recogida y desvío de residuos alimentarios, se dieron cuenta de que, aunque había un creciente interés e inversión en sustentabilidad, este apenas se destinaba a las comunidades marginadas. Al crear una cooperativa de trabajo por y para las comunidades de bajos ingresos y de color, CERO se convirtió en un modelo de sustentabilidad y de equidad.
Recursos destacados
- Inclusión de recicladores en programas Residuo Cero: el caso de la Ciudad de Buenos Aires
- Principios para una recuperación justa de residuos cero
- Hacer trabajo de desperdicio. Historias de éxito de la Asociación Sudafricana de Recicladores
QUÉ DICEN LOS MIEMBROS SOBRE GAIA
Las y los recicladores y trabajadores de todo el mundo se han visto muy afectados por la pandemia. Su contribución a la comunidad es vital, pero a menudo son ignorados por la comunidad a la que sirven. Escucha las voces de quienes merecen más y mejor.
Sistemas de cero residuos frente a la gestión tradicional de residuos
La reparación crea más 200 veces más trabajos como vertederos e incineradores.
Reciclar crea más 50 veces más trabajos como vertederos e incineradores.
La remanufactura crea casi 30 veces más trabajos como vertederos e incineradores.