UNA SOLUCIÓN A LA CRISIS CLIMÁTICA
Basura cero es una solución fundamental a la crisis climática. La reducción de residuos, el compostaje, el reciclaje y otras características de un sistema basura cero han demostrado que evitan emisiones y capturan carbono. Sin embargo, la reducción de las emisiones es sólo una parte de la ecuación. Los beneficios económicos, sociales y sanitarios que los sistemas basura cero proporcionan a las ciudades son fundamentales para crear las sociedades fuertes y resistentes que necesitamos frente al cambio climático. Al aumentar la resiliencia climática, las ciudades no sólo pueden sobrevivir, sino prosperar.
CREAR CIUDADES RESILIENTES
Las estrategias basura cero deben ser una parte central del plan de resiliencia climática de cualquier municipio, ya que ayudan a las ciudades a capear los desastres naturales. Las zonas propensas a inundaciones son un ejemplo clave, ya que las consecuencias de las constantes inundaciones se agravan debido a que los residuos plásticos obstruyen los desagües. Al implantar un sistema basura cero en las zonas más vulnerables a las inundaciones, los residentes no tendrán que preocuparse de verse inundados por la contaminación plástica ni de los impactos en la salud pública que conlleva. Al proporcionar una infraestructura que permita a las ciudades resistir mejor las tormentas -que están aumentando en intensidad debido al cambio climático- pueden ser más sustentables y resilientes.
En la actualidad, nuestra economía de materiales -extracción de materias primas, procesamiento y fabricación de bienes- es responsable de la mayor parte de nuestro problema climático, ya que representa el 62% de los gases de efecto invernadero (GEI) mundiales. El potencial de reducción de GEI de la gestión de materiales a través de estrategias de basura cero es enorme, y es clave para crear un futuro neutro en carbono.


MANEJO DE FLUJOS DE MATERIAL
Residuos orgánicos
El metano, un GEI 84 veces más potente que el CO2 en un periodo de 20 años, es lo que producen los residuos orgánicos cuando van a parar a un vertedero. En la actualidad, se calcula que el 12% de nuestra contribución mundial de metano procede de los vertederos, que siguen siendo la principal fuente de gestión de residuos orgánicos para las ciudades. Al desviar los restos de comida al compost en lugar de a los vertederos, las ciudades de todo el mundo pueden dar grandes pasos para reducir el desperdicio de alimentos. En los próximos 30 años, la prevención de los residuos alimentarios a nivel mundial puede reducir las emisiones en 70.53 gigatoneladas de CO2, lo que la convierte en una de las soluciones más esenciales para la crisis climática. Además de frenar la producción mundial de metano, investigaciones han demostrado que el compost mejora la calidad del suelo y permite capturar más carbono de la atmósfera. En 25 años, un suelo sano podría capturar más del 10% de las emisiones antropogénicas anuales.
EVITAR LOS RESIDUOS Y LOS GEI MEDIANTE LA REUTILIZACIÓN
Los envases reutilizables producen muchas menos emisiones de carbono que los de un solo uso, que constituyen el 36% de los residuos sólidos urbanos y se calcula que causan más emisiones de gases de efecto invernadero que la industria mundial de la aviación.