INFORME DEL IPCC SOBRE LA MITIGACIÓN: 5 PUNTOS CLAVES PARA LAS CIUDADES HACIA BASURA CERO

Por  Mariel Vilella, Directora del Programa Global sobre el Clima

Se acaba de publicar el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre mitigación del cambio climático, que contiene el aporte del Grupo de trabajo III al Sexto informe de evaluación del IPCC.

Una vez más se nos recuerda que la emergencia climática se acelera: queda muy poco tiempo para evitar exceder la meta de máximo 1,5°C de aumento de la temperatura global. Si se supera esta meta aunque sea un poco, habrá efectos cada vez más catastróficos. Y como si fuera coordinado, hace apenas una semana, la temperatura en los polos norte y sur superaba la habitual por 30°C y 40°C, simultáneamente. 

Entonces, ¿qué debemos hacer? El informe sobre la mitigación presenta diferentes opciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero desde una perspectiva científica. Aunque el informe procura ser “relevante para desarrollar políticas”, sin proporcionar una guía política específica, sí ofrece algunas pistas, y si se lee entrelíneas, sus hallazgos pueden traducirse en acción.

EL IPCC OPINA SOBRE LOS RESIDUOS: LA SEGUNDA MAYOR FUENTE DE EMISIONES EN ÁREAS URBANAS

¿Qué opina el IPCC sobre los residuos? Tal como señala el informe, el sector de residuos continúa siendo el que más contribuye a las emisiones urbanas después del sector energético, aún en las ciudades con bajas emisiones de carbono.

Las áreas urbanas en sí mismas representan la mayor parte de las emisiones globales y su contribución va en aumento: a pesar de que existen grandes variaciones en las emisiones de las zonas urbanas de diferentes países y regiones, su participación en las emisiones de GEI ha aumentado en todas las regiones y a nivel mundial entre 2000 y 2015.

En los países enriquecidos (que la ONU denomina ‘países desarrollados’), las áreas urbanas aumentaron su aporte al total de emisiones de 60% en el 2000, al 67% en el 2015. La variación más significativa en las emisiones se produjo en las regiones de Asia y el Pacífico en países en vías de desarrollo y desarrollados. 

Además, en un escenario en que las cosas siguen igual, el crecimiento esperado de las ciudades podría más que duplicar la demanda anual de materias primas, de los 40 mil millones anuales en el 2010, hasta alcanzar 90 mil millones en 2050, contribuyendo aún más al aumento de emisiones de GEI.

Tal como señala el IPCC, las ciudades pueden reducir sus emisiones de GEI de manera significativa, pero lograrlo requiere una transformación sistémica: la economía circular, la inclusión y equidad, y las tecnologías innovadoras son solo algunos de los elementos claves que deberían existir conjuntamente con otras estrategias que pueden contribuir a un desarrollo urbanístico con bajas o cero emisiones.

Aquí es donde las estrategias de basura cero pueden marcar la diferencia. Requerirá una integración coordinada de todos los sectores, estrategias e innovaciones, incluidas las ciudades de los países en vías de desarrollo.

Aquí destacamos los cinco puntos clave de este informe que son relevantes para la agenda de descarbonización de las ciudades, y qué oportunidades se pueden aprovechar al trabajar el sector de los residuos:

1. FORTALECER LA ECONOMÍA CIRCULAR DESDE UNA PERSPECTIVA SISTÉMICA.

Por un lado, la economía circular tiene un gran potencial para reducir las emisiones. Como se sabe, la economía circular es aquella que elimina los residuos a través de medidas que evitan su producción (reducción en la fuente) o reutilizando, compostando, o reciclando todo. Las economías circulares disminuyen las emisiones al reducir la demanda de las materias primas y su procesamiento, así como al eliminar las emisiones de la gestión de residuos. Si Shanghai reciclara todos los residuos que genera, reduciría las emisiones de CO2 en 16,8 millones de toneladas al año. 

Lograr una economía circular requiere no sólo de una intervención aislada, sino un replanteamiento sistémico de cómo usamos los materiales, y es por eso que el IPCC pone mucho énfasis en el cambio sistémico. A pesar de la rápida urbanización es posible lograr cero emisiones en las ciudades, pero no se logrará con las mismas intervenciones que hemos visto hasta ahora – como los rellenos sanitarios e incineradores. Al contrario, requiere estrategias integradas de amplio alcance, que vinculen la eficiencia en el uso de materiales con la eficiencia en el uso y la generación de energía, los patones de uso del suelo, y la conexión de las áreas urbanas con las rurales. Un ejemplo de esto, es devolver el compostaje y sus valiosos nutrientes a los campos de cultivo que alimentan a las ciudades.

2. EMISIONES DE METANO CAUSADAS POR RESIDUOS: MEDIDAS FÁCILES PARA CREAR CIUDADES AMIGABLES CON EL CLIMA.

Enfrentar el problema del metano, el segundo GEI  más importante  después del CO2, responsable de alrededor de 0,5°C del calentamiento actual, es una medida fácil para reducir las emisiones del cambio climático en las zonas urbanas. El metano es un gas muy potente pero efímero, por lo que ofrece algunas de las oportunidades más prometedoras para reducir las emisiones a corto plazo. Aunque el informe del IPCC se centra principalmente en el dióxido de carbono, que es el principal causante a largo plazo del cambio climático, las oportunidades de reducción del metano se han analizado en el reciente informe: La evaluación global de metano

Dicho informe destaca los residuos, y en especial los residuos orgánicos: el sector de residuos constituye la tercera fuente más grande de emisiones antropogénicas de metano y está creciendo rápidamente. Afortunadamente, la eliminación de las emisiones de metano de los rellenos sanitarios es relativamente económica–: solo requiere la implementación de prácticas de separación en la fuente y tratamientos alternativos como el compostaje. Nuestro trabajo reciente indica que intervenciones sencillas pueden reducir las emisiones de metano generadas por los rellenos sanitarios en un 96%.

La foto es cortesía del Grupo para la Acción y Remediación de Rellenos Sanitarios en Brookhaven (BLARG)

3. LA INCINERACIÓN “BASURA-A-ENERGÍA”: UNA ESTRATEGIA PERDEDORA

Lamentablemente, en lo referente a la incineración de basura-a-energía, el informe del IPCC repite la propaganda de la industria en lugar de la ciencia sólida. La incineración, pirólisis y las tecnologías de gasificación son incompatibles con los escenarios de descarbonización, ya que son grandes emisores de gases de efecto invernadero. Además, existen mejores alternativas, tanto para el tratamiento de residuos como para la generación de energía. Sin embargo, el informe no aborda estos retos y complejidades.

La incineración de residuos es la manera menos ineficiente y más costosa para generar energía y gestionar los residuos. Es el método de producción energética que más intensivamente produce emisiones de GEI, emitiendo 1,7 veces más GEI por unidad de energía producida, comparado con las centrales termoeléctricas a carbón. La generación de energía desde la basura cuesta casi cuatro veces más que la energía solar y energía eólica terrestre, dos veces más que el gas natural y 25 por ciento más que las centrales termoeléctricas de carbón. A pesar de que la incineración de residuos resulta en una producción intensiva de emisiones de carbono, la industria del cemento — una de las principales emisoras GEI a nivel global — tiene como objetivo utilizar combustibles alternativos para cubrir el 22% de la energía empleada a nivel mundial en los hornos de cemento para el año 2030. De esta manera, es alarmante que tanto  la incineración de residuos como la co-incineración en hornos de cemento se incluyeron como una solución climática en 39 de las 99 contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) presentadas hace poco. 

Recientemente, la Unión Europea ha excluido la incineración de residuos de la taxonomía europea de finanzas sostenibles y su apoyo financiero. No se han construido nuevos incineradores en los Estados Unidos desde 1997. Sin embargo, sigue el auge de los proyectos de incineración en los países en vías de desarrollo – especialmente en Asia, donde Japón promueve el uso de incineradores mediante proyectos de desarrollo internacional.  Los bancos multilaterales de desarrollo como el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura  también han financiado proyectos de incineración en Asia.

4. EL PLÁSTICO ES CARBONO.

El IPCC señala claramente que la producción y consumo del plástico es un problema: “las proyecciones que aumentan la producción del plástico (…) no se alinean con la necesaria reducción de emisiones.”

De hecho, el plástico tiene una participación significativa y creciente del presupuesto global del carbono. Se estima el ciclo de vida completo de los plásticos tenía una huella de carbono de 1,7 mil millones de toneladas CO2 equivalente (CO2e) en 2015, que crecería a 6,5 mil millones de toneladas de CO2e en 2050 (equivalente a 1.640 centrales eléctricas de carbón) si continúa la actual trayectoria de crecimiento de la producción, disposición e incineración del plástico. También significa que para el año 2050, las emisiones producidas por el plástico por sí solas, constituirán más de la tercera parte del presupuesto de carbono restante para la meta de 1,5°C. Las emisiones de GEI de la producción de plásticos llegan cerca de las 2 toneladas de CO2e por cada tonelada de plástico producido. Esta es la primera vez que el IPCC aborda el tema del plástico, y hace un llamado claro a reducir la cantidad de plástico producido: los gobiernos deberían prestar atención.

5. ¿CÓMO SE LOGRA? CON GOBERNANZA, FINANZAS, TECNOLOGÍA Y LA INCLUSIÓN DE RECICLADORES.

Conferencia de prensa en el botadero de Dandoro en Kenia, por el Día Internacional del Reciclador, el 1ero de marzo de 2022.

El IPCC deja en claro que las ciudades requieren tanto de capacidades institucionales de gestión, como de acceso a financiamiento y tecnología. La gestión de residuos es un buen ejemplo: Las soluciones no son sofisticadas – separación en origen para la recolección, compostaje y reciclaje, prohibición de productos y embalajes problemáticos – pero requieren que los gobiernos municipales trabajen con sus constituyentes. En el sector de residuos, una mejor gobernanza puede abrir oportunidades para reconocer e integrar al sector informal en mejores prácticas de gestión de residuos, y así lo reconoció también el informe del IPCC. La gestión de residuos es una vía importante para incluir el sector informal en la economía urbana.

Esta es una fuente importante de “cobeneficios” tales como mayor empleo, integración social, reducción de la contaminación y de la pobreza. En este sentido, incluso las medidas vinculadas a los residuos pueden enfocarse principalmente a la mitigación del cambio climático en áreas urbanas, así como ofrecer beneficios para la adaptación y mejoramiento de la resiliencia urbana.

En resumen, el informe del IPCC sobre la mitigación nos hace recordar que el sector de residuos ofrece una enorme oportunidad para reducir las emisiones de manera rápida y económica, y al mismo tiempo aumentar la resiliencia, generar buenos puestos de trabajo, y promover economías locales prósperas. En todo el mundo, las ciudades comprometidas con el objetivo de basura cero están demostrando que reducir las emisiones en el sector de residuos es factible y deseable, y solo tenemos que hacerlo mucho más a menudo.