Proyecto de Ley de Envases en Argentina
Un modelo orientado a mejorar los sistemas municipales y a avanzar en la inclusión de las y los recicladores de base 

Argentina, noviembre de 2021.

Por cuarto año consecutivo, Coca-Cola y PepsiCo lideraron el ranking de empresas que más contaminan el mundo con plásticos, según los resultados de la auditoría de marcas realizada en 45 países por el movimiento BreakFreeFromPlastic1. Entre las marcas que más frecuentemente se identificaron en la basura encontrada en censos en playas, ríos y espacios públicos también figuran otras muy conocidas como Unilever, Nestlé, Procter & Gamble y Mondelēz. 

Estas mismas empresas, líderes en el sector de venta de bienes de consumo masivo, anuncian y reciclan compromisos voluntarios para solucionar el problema que sus productos generan, que luego olvidan, incumplen, dilatan2. Mientras tanto, los plásticos inundan el ambiente, literalmente en cada rincón del planeta3. Y si bien esta situación, afortunadamente, hoy es conocida por todos y todas en el mundo, la respuesta por parte de quienes ponen este material en el mercado, es desesperantemente tibia.  

Algo más de esperanza hay desde el lado normativo. La respuesta normativa ante la crisis mundial de la contaminación por plásticos ha llegado de la mano de centenares de prohibiciones locales al uso de bolsas plásticas descartables, muchas otras que avanzan sobre sorbetes, vasos de poliestireno expandido (telgopor) y otros elementos descartables. Algunos países, como Chile, han avanzado sobre las bolsas plásticas a nivel nacional. La Unión Europea sancionó hasta ahora la normativa de mayor escala, prohibiendo plásticos descartables como platos, cubiertos, sorbetes, vasos y envases de poliestireno expandido y regulando otros como toallas húmedas y envases de bebidas.

La REP como respuesta normativa a la crisis de los plásticos

Otras de las respuestas normativas se fundan en el principio de “Responsabilidad Extendida del Productor” o REP, el que surgió públicamente en Europa a principios de los `90, que se aplica en el viejo continente desde entonces. Este principio se ha extendido hace décadas a algunos países de Asia, ordena normativas de residuos de manejo especial en América Latina desde hace algunos años y en los últimos años se ha puesto muy en boga como respuesta para la creciente cantidad de basura plástica con que los gobiernos deben lidiar. 

La REP es un principio político que busca, por un lado, que quien coloca productos en el mercado (los productores) mejore el diseño de sus productos de modo de reducir los impactos ambientales a lo largo de todo su ciclo de vida. Por otro lado, procura mejorar el manejo de esos productos luego de que se descartan de modo que se mantengan dentro de los circuitos productivos el mayor tiempo posible y por ende no lleguen “a la basura” o su llegada se retrase lo más posible.

Hay quienes dicen que la REP es el nuevo “desarrollo sustentable”. Un principio que parece razonable hasta que toma el significado que cada uno/a quiera darle: puede ser el mejor instrumento para incentivar el rediseño de envases pensando en lo ambiental, o una hermosa plataforma de greenwashing o maquillaje verde para que las empresas hagan “como si” mientras nos inundan con más y más envases.  

En América Latina hay pocas experiencias de REP para envases y embalajes. En Brasil funciona  bajo el esquema de “responsabilidad compartida” y en la práctica ha resultado en el financiamiento parcial del circuito de reciclaje que sostienen las y los catadores, (recicladores de base o cartoneros), pero con un alcance limitado en términos de mejorar los sistemas municipales y de inclusión efectiva y sostenida de las y los catadores. En Chile, la Asociación Nacional de Recicladores (ANARCH) denuncia que la ley REP los obliga a “entrar” a un sistema que ellos mismos construyeron cuando nadie más reciclaba. El sistema planteado por dicha ley se asemeja al esquema más extendido en Europa, donde el control del circuito de manejo de los envases y embalajes queda en manos de los productores. La resistencia a sistemas REP que privatizan el manejo de residuos en manos de los productores e ignoran la preexistencia de las y los recicladores de base se extiende a organizaciones de recicladores y socioambientales en nuestra región. 

Por otro lado, el modelo de REP extendido en Europa, basado en “Sistemas Integrados de Gestión”, también es sujeto de fuertes críticas asociadas a la falta de transparencia de estos sistemas controlados por productores, la disparidad de poder entre éstos y los municipios con los que interactúan, la veracidad y la capacidad de fiscalización de las cifras que publican y su efectividad en incentivar el rediseño de los productos regulados4.  

Un modelo distinto para Argentina

En ese marco, recientemente se presentó en Argentina un proyecto de ley de envases que se aleja de estos modelos. El proyecto obliga a los productores a pagar una tasa por cada envase que ponen en el mercado. La tasa es diferenciada, y el monto a pagar varía en base a ciertos criterios ambientales, como nivel de reciclabilidad, contenido de materiales reciclados, los insumos que llevaron a su fabricación y factores de ecodiseño, entre otras. Cuanto menor impacto ambiental tenga el envase, menor será el monto de la tasa a pagar. El proyecto exime del pago de la tasa a  aquellos envases que se encuentren dentro de un sistema de devolución, depósito, retorno y reutilización, como el que felizmente sobrevive en las botellas de cerveza de litro y algunas gaseosas en Argentina.

© Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores – UTEP

Resulta obvio, pero en estos tiempos vale la pena aclarar ciertas cosas: aquellos productos que comiencen a entregarse sin envases quedan fuera de la ley y del pago de la tasa. ¿Será momento de decirle adiós a las inexplicables bandejas de telgopor y film donde se envasa la fruta? 

Lo recaudado por la tasa nutrirá un fondo nacional manejado por el estado nacional, que se utilizará para financiar los sistemas de manejo de envases municipales, previa presentación por parte de los municipios de un plan de gestión de envases. Los planes de gestión deben incluir, entre otras cosas, metas de recuperación, un plan de incorporación de trabajadoras y trabajadores de reciclado, un análisis de la capacidad de la industria recicladora local, entre otras cosas. Los procesos de recuperación de envases permitidos son la reutilización y el reciclaje, y el estado nacional fijará metas específicas de recuperación. Una parte de lo recaudado por la tasa se destinará a fortalecer la capacidad productiva de reciclaje y a fomentar el ecodiseño.

La lógica de la ley, entonces, es internalizar los costos del manejo de residuos de envases, fortaleciendo los sistemas municipales de manejo de residuos, en lugar de generar sistemas paralelos manejados por las empresas. A su vez, el destino de los fondos y las obligaciones dentro de los planes de gestión municipales reconocen la preexistencia de la labor de las y los trabajadores del reciclaje y apunta a fortalecer el sistema de manejo en sus manos. 

El proyecto de ley plantea una forma diferente de garantizar la responsabilidad financiera y en alguna medida la responsabilidad informativa de los productores, sin otorgarles la responsabilidad operativa. 

Es un proyecto perfectible, como todos. Una mayor precisión y mecanismos de transparencia para la presentación y financiación de planes de gestión municipales, la fijación de metas claras y únicas de reciclaje y cuotas de envases reutilizables, una composición más amplia del consejo consultivo y una redacción más clara sobre la reutilización y reciclaje como únicos destinos aceptados son algunos de los puntos a ver en la redacción o la reglamentación. También se verá en la práctica si la tasa es lo suficientemente diferenciada entre quienes ponen envases con buen desempeño ambiental y quienes no, como para ser un incentivo efectivo hacia el rediseño. 

Más allá de esto, el proyecto de ley está a tono con las disquisiciones que se observan en la región en torno a las leyes de envases que puedan ser más efectivas y beneficiosas en nuestro contexto. Entre otras cosas, porque se orienta a mejorar los sistemas municipales y a avanzar en el reconocimiento y la inclusión de las y los recicladores de base, integra criterios tendientes a incentivar el rediseño y también a desarrollar la cadena de reciclado, y evita dar a los principales contaminadores de plásticos del mundo el control sobre los circuitos de reutilización y reciclado. 


 1 Ver The #BrandAudit2021 Report, BreakFreeFromPlastic 

2 Ver Tangpuori,et al (2020). Talking trash: The corporate playbook of false solutions to the plastics crisis. Changing Markets Foundation.  

3 Encuentran restos de plástico en el punto más profundo del océano, National Geographic España, 15 de mayo de 2019.

4 Tangpuori, A. D, et al. Talking trash: The corporate playbook of false solutions to the plastics crisis. Changing Markets Foundation, 2020.  

CIC, 2020. Ciclo ¿Qué es lo que NO estamos hablando de la Ley REP? “Aciertos y errores de la gestión europea“, Colegio de Ingenieros de Chile. 

Seldman, Neil: “EPR in the US Can’t Directly Follow the European Model; It Must Avoid a Producer Monopoly”, Institute for Local Self-Reliance, 13 July, 2021

GAIA LAC, 2021. Memoria del Ciclo de conversaciones sobre REP para envases y embalajes. 

ZWE, 2015: Redesigning producer responsibility: a new EPR is needed for a circular economy. Fundació per a la Prevenció de Residus i el Consum Responsable for Zero Waste Europe.