Una estupenda retorica, una desierta promesa: juntos, debemos llenar el vacio que dejan los compromisos del Acuerdo de Paris

Juntos representamos a líderes en soluciones climáticas de todos los continentes. En nuestras comunidades y países, estamos bloqueando proyectos de energía sucia como las incineradoras que queman residuos, formando cooperativas de basura cero que crean puestos de trabajo y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, y avanzando en el rediseño de los productos no sostenibles y los sistemas económicos.

Nuestros gobiernos no dejaron París con un compromiso legalmente vinculante para protegernos y para proteger al planeta del caos climático. Así, renovamos nuestro compromiso de avanzar en soluciones climáticas desde las bases en nuestros propios países, y de asegurar al mismo tiempo fuertes políticas nacionales en materia de energía y residuos que se traduzcan en reducciones reales de emisiones de gases de efecto invernadero.

La escala de acción requerida no tiene precedentes. Millones de personas, principalmente en el Sur Global, ya se enfrentan a los efectos desastrosos del cambio climático, pagando por decisiones económicas no sostenibles a través de viviendas y vidas perdidas, así como medios de vida, comunidades y entornos devastados. Está claro que la contaminación que afecta a nuestra salud también está impulsando un cambio climático peligroso, y que la causa se encuentra dentro de un sistema económico lineal que destruye recursos finitos ya menguados, que depende de las fuentes de energía sucias, y que causa un daño incalculable a la vida humana y a otros seres vivos.

El acuerdo climático alcanzado en París parece ambicioso pero en realidad está hueco. El acuerdo se basa en gran medida en las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDCs), que en nuestros propios países a menudo han sido consideradas inadecuadas o equivocadas. El acuerdo tampoco aborda la deuda climática y no garantiza el suficiente apoyo financiero para las comunidades vulnerables y las iniciativas de energía limpia. Se abre la puerta a las falsas soluciones como los llamados incineradores de “residuos para energía “, la quema de biomasa, y esquemas de comercio de carbono. Por último, el acuerdo no obliga legalmente a los países -particularmente a aquellos que han emitido históricamente la mayor cantidad de gases de efecto invernadero- a recortar sus emisiones.

Los miembros de nuestra delegación han examinado en detalle sus planes nacionales INDC. Hemos visto que algunos de ellos promueven la quema de nuestros bosques y de nuestros residuos orgánicos en lugar de devolver esta biomasa al suelo, permitiendo el secuestro de carbono, la mejora en la salud del suelo y la lucha contra el cambio climático. Otros promueven la incineración de residuos sobre el reciclaje, un proceso que libera más contaminación por unidad de energía que una planta de carbón. Estas políticas permitirían a nuestros gobiernos cumplir sus compromisos, sin existir ningún tipo de reducción de la contaminación o de las emisiones. Son peligrosos para nuestra salud y no nos van a mantener por debajo de 1,5 grados centígrados de calentamiento global.
El Acuerdo de París implica que el trabajo de asegurar reducciones de emisiones reales y soluciones creativas será llevado a cabo por líderes en soluciones climáticas tales como miembros de GAIA en todo el mundo, que están cambiando las economías locales y transformando el sistema global. Soluciones de Basura Cero, junto con otras acciones climáticas lideradas por la comunidad, contribuirán al logro de la meta mundial proclamada por un máximo de 1,5 grados de calentamiento global, abarcando los principios de conservación de los materiales, la reducción de los tóxicos, la distribución equitativa y el acceso a los recursos. Levantándonos en solidaridad con organizaciones de base y comunidades de primera línea de todo el mundo, creemos que los cambios que necesitamos vendrán de nuestro empoderamiento colectivo, el que llevará a los gobiernos a rendir cuentas y desafiará al poder corporativo.

Mientras el Acuerdo final estaba aún en debate, nos sentimos inspirados a ser parte de las 15.000 personas que salieron a las calles de París, a pesar de un estado de emergencia y desafiando la prohibición de realizar protestas, demostrando y reafirmando que el futuro de nuestro planeta no será dejado en manos de un pequeño número de “representantes”. Esta presión de abajo hacia arriba será la columna vertebral de cualquier acción efectiva en torno al cambio climático y la oposición a la destrucción del medio ambiente.

De nosotros dependerá bloquear estas falsas soluciones y promover alternativas de basura cero y energía limpia. Necesitamos una transición rápida y justa hacia una economía circular sostenible y libre de tóxicos, que garantice la protección de los recursos finitos de nuestra tierra para las generaciones futuras. Necesitamos un cambio completo de paradigma que nos llevará desde los sistemas no sostenibles, tóxicos y lineales hacia las soluciones de base. No hay más tiempo que perder.

***