Miembros de GAIA sufren amedrentamientos por su trabajo activista

A nuestros amigos y compañeros de trabajo y de lucha.

Ante las constantes amenazas que se han venido presentando en el colectivo en el que participamos tanto Brisa Violeta Carrasco Gallegos y yo Jorge Tadeo Vargas, mismas amenazas que nos han llevado a tomar medidas drásticas para la protección de nuestra familia, queremos hacer una denuncia pública que va más encaminada a informarles a nuestras compañeras, amigas, colaboradores sobre esta situación que para hacer una gran campaña de defensa de nuestra persona. Pensamos que la situación en nuestro país no da las condiciones para eso en este momento, sin embargo, nos parece importante que todas nuestras aliadas sepan la situación por la que estamos pasando.

Los hechos:
Desde noviembre, previo al tercer encuentro internacional contra la incineración y por Basura Cero el teléfono móvil de Brisa y el mío fueron intervenidos. ¿Cómo lo sabemos? Una serie de circunstancias que iban desde mensajes que nosotros no mandamos a compañeros de las comunidades participantes como compartir nuestra ubicación. A la par de esto nos llegaron algunas amenazas directas al teléfono: “dile a tu mujer que mejor se dedique a dar clases y deje de jugarle al activista” “No tienen idea en la que se están metiendo con eso del apoyo a las comunidades” “Parece que tu no entiendes más que a chingadazos” son algunos de los mensajes que estuvimos recibiendo desde el mes de noviembre del 2017 hasta enero del 2018. Tomamos las medidas necesarias ante estas amenazas que en febrero dejaron de aparecer.

Marzo 2018: a inicios del mes nos percatamos que un carro modelo jetta color blanco se estacionaba frente a la casa que compartimos Brisa y yo, que además es la oficina del colectivo. El 16 de marzo al ir a recoger a mi hija a su escuela, el mismo coche en un semáforo se paró a un lado de nosotros. El chofer después de decirme algunas cosas agresivas desde el coche hizo el intento de bajarse a lo que salí rápidamente. Después de eso hemos estado de manera intermitente en casa.

Mayo 2018: mientras que el país entero celebraba el día de las madres, nuestra hija salió a comer con sus amigas para festejar el cumpleaños de una de ellas. La dejamos en un restaurante junto con una de sus amigas y nos regresamos a casa. Cuando fuimos a recogerla notamos que frente al restaurante estaba un coche sedán gris con dos hombres. Nos estacionamos justo, al vernos el copiloto comenzó hablar por radio mientras veía fijamente al coche de nosotros. Ximena salió del restaurante junto a sus amigas y una persona de seguridad que acompañaba a una de las dos niñas. No sabemos si esta persona fue el factor que trabajó a nuestro favor, pero después de un análisis de riesgo tomamos la decisión de poner a nuestra hija en resguardo seguro, por lo que hemos decido enviarla a vivir lejos de casa, tememos que un posible secuestro hacia ella haya sido el objetivo de esta serie de intimidaciones, por eso hacemos esta denuncia.

Sabemos que estas amenazas son parte del trabajo que hacen las empresas para instalar sus proyectos de muerte con la menor resistencia; entendemos que el trabajo que hacemos desde LIDECS como colectivo, sumado al trabajo de investigación que realiza Brisa Carrasco desde la academia son una amenaza a estos proyectos por lo tanto somos un riesgo a desaparecer. Nuestro trabajo por la justicia socio-ambiental se mantendrá como hasta ahora pues a pesar de las amenazas, de los riesgos, esto es una señal de que el modelo se siente amenazado y sabiendo que la información es básica para la organización comunitaria, no dejaremos de hacerlo.

Seguiremos diciendo que la incineración de residuos no es la mejor opción, acompañando a las comunidades en la búsqueda de alternativas y trabajando codo a codo con ellas.

De momento este comunicado es para dar a conocer los antecedentes de la situación a nuestros allegados, así mismo hemos decidido, no dar a conocer la situación de manera pública todavía porque tememos que esto aumente la amenaza. Por nuestra parte estamos tomado las precauciones que nos son posibles para salvaguardar nuestra integridad y esperamos que la situación no llegue a mayores. Si en dado momento decidimos hacer una campaña de denuncia pública agradeceremos su apoyo y solidaridad, también queremos aprovechar para agradecer todas las muestras de apoyo, tanto las que se han dado en esto momento como las que vendrán, son un claro ejemplo de que no estamos solas, sino al contrario es una lucha de miles en todo el mundo que buscan justicia, salud, un nuevo modelo.

Atentamente:

Brisa Violeta Carrasco Gallegos

Jorge Tadeo Vargas