El nuevo informe del PNUMA desata la polémica en vísperas de las negociaciones del Tratado global de plásticos

La sociedad civil, el mundo académico y los grupos de primera línea denuncian la promoción de la incineración de residuos plásticos en hornos de cemento.

Nueva York, NY, EE.UU.- El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha publicado hoy su informe Spotlight, cuyo objetivo es ayudar a los gobiernos a negociar un nuevo tratado mundial para acabar con la contaminación por plásticos. La segunda ronda de negociaciones para la elaboración del Tratado Mundial sobre Plásticos (INC-2) tendrá lugar en París del 29 de mayo al 2 de junio. El informe ha sido elaborado en parte por la consultora Systemiq y la Universidad de Portsmouth.

Organizaciones de la sociedad civil, académicos y grupos de primera línea expresan su preocupación por la promoción que hace el informe de la quema de residuos plásticos en hornos de cemento como estrategia clave en el diseño y aplicación del Tratado global de plásticos. 

“Incinerar residuos plásticos en hornos de cemento es dar luz verde para que la industria del plástico siga aumentando su producción, alegando que el problema del plástico puede simplemente incinerarse”, afirma Neil Tangri, Director de Ciencia y Política de la Alianza Global por Alternativas a la Incineración  (GAIA).  “Esto no sólo supone una grave amenaza para el clima y la salud pública, sino que también socava el objetivo principal del tratado mundial de plásticos: poner un límite a la producción de plástico”. 

La incineración de residuos en hornos de cemento crearía un “efecto de bloqueo”, creando una demanda de residuos plásticos baratos como combustible que desafiaría los esfuerzos mundiales por restringir la producción de plástico. 

El impacto climático de la industria cementera ya es devastador: el 8% del dióxido de carbono mundial procede de la producción de cemento. La incineración de residuos en los hornos de cemento sustituiría una forma de combustible fósil por otra. El 99% del plástico se fabrica a partir de combustibles fósiles y, según un informe del PNUMA, la incineración de una tonelada de residuos plásticos libera aproximadamente el equivalente de emisiones de gases de efecto invernadero. 

La industria cementera es conocida por su escasa regulación, lo que la convierte en uno de los tipos de instalaciones más sucias. Muchos de los que viven cerca de estos emplazamientos están alarmados por el respaldo del PNUMA a esta estrategia tóxica. 

“Para hacer frente a la crisis del plástico no hay que incinerar los residuos, sino reducir drásticamente su producción y prohibir los plásticos de un solo uso”, afirma Larisa de Orbe, de los grupos mexicanos de justicia ambiental Red de Acción Ecológica y la Colectiva Malditos Plásticos.  “Las autoridades ambientales de México y el Relator de Derechos Humanos sobre Sustancias Tóxicas han reconocido que la quema de residuos en hornos cementeros ha causado desastres ambientales y la violación de derechos humanos en los territorios y comunidades cercanas a estas actividades.” 

Entre 2018-2021 las importaciones de residuos plásticos en México han aumentado 121%, de los cuales se sospecha que una parte importante se incinera en hornos cementeros, que operan con pocos controles o sistemas de monitoreo de emisiones.

“Promover la incineración de residuos plásticos en hornos de cemento es una opción irresponsable que tiene importantes consecuencias para la salud de las comunidades que viven cerca. La incineración de residuos plásticos libera dioxinas que permanecen en el medio ambiente para siempre y están relacionadas con el cáncer y las alteraciones reproductivas y del desarrollo. Se trata de las mismas sustancias químicas que amenazan a los habitantes de East Palestine (Ohio)”, afirma la Dra. Linda S. Birnbaum, científica emérita y ex directora del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Medioambiental y del Programa Nacional de Toxicología, y becaria residente de la Nicholas School of the Environment de la Universidad de Duke. 

La incineración de plástico en hornos de cemento ha sido utilizada cada vez más como táctica de “greenwashing”  por las industrias del plástico y de cara al consumidor bajo el pretexto del “reciclaje”. Por ejemplo, un informe de investigación de Bloomberg demostró que la mayoría de los residuos plásticos que la cadena de supermercados británica Tesco recogía para reciclar acababan en hornos de cemento en Polonia. Uno de los mayores fabricantes de plásticos, Dow Chemical, creó un programa en algunas partes de Estados Unidos para recoger plásticos “difíciles de reciclar” para su “reciclaje avanzado”, que, según una investigación de Reuters, se enviaba principalmente a un horno de cemento. 

Reuters también descubrió que varias grandes marcas de consumo como Unilever, Coca-Cola y Nestlé estaban financiando proyectos para quemar sus residuos plásticos en hornos de cemento, principalmente en países de renta baja del Sur Global sin capacidad para supervisar y hacer cumplir los controles de contaminación. Las tres empresas han sido identificadas en las auditorías de marca de Break Free From Plastic como las 5 principales empresas contaminantes de plástico del planeta durante cinco años consecutivos. 

Hay poca o ninguna transparencia sobre quién financia el trabajo de la consultora Systemiq en torno a las negociaciones del tratado sobre el plástico.

Contactos de prensa:

Claire Arkin, Directora de Comunicación Global, GAIA

claire@no-burn.org | 

Camila Aguilera, comunicaciones América Latina, GAIA camila@no-burn.org 

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