Informe revela miles de millones de dólares perdidos en 30 años de proyectos de “residuos para energía” fracasados

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GAIA, Marzo 2017. Un nuevo informe de la Alianza Global para Alternativas a la Incineración (GAIA) reveló que las empresas que promueven proyectos de “residuos para energía” como gasificación y pirólisis tienen un historial de más 30 años de fracasos y promesas incumplidas. Después de décadas de promesas de soluciones por parte de esta industria de gestión de los residuos para producir energía, la gran mayoría de las plantas propuestas nunca fueron construidas o fueron cerradas.

Mientras en América Latina y el Caribe decenas de propuestas de este tipo está en curso bajo el supuesto que solucionarán las deficiencias en el manejo de residuos y serán alternativa a los rellenos y vertederos en proceso de cierre, a nivel global la contaminación plástica marina ha incrementado las propuestas de soluciones tecnológicas que abordan el desafío de los residuos plásticos, y consideran la generación de energía. Pero es importante que los inversionistas reconozcan los riesgos involucrados en estas tecnologías. Simplemente no funcionan como se prometió. Las inversiones en esta línea nos llevarán nuevamente al inicio de un camino urgente hacia el desarrollo de soluciones reales “, dice la autora del informe, Monica Wilson.

Según el informe Gasificación y pirólisis: Una inversión de alto riesgo y bajos rendimientos, “los potenciales retornos de la gasificación de residuos son más pequeños y más inciertos, y los riesgos son mucho más altos de lo que señalan sus defensores”. Se han desperdiciado miles de millones en inversiones sin éxito de empresas en el Reino Unido, Australia, Canadá, Estados Unidos y Alemania, por nombrar algunos. En 2016, el fracasado proyecto británico de Air Products, con sede en los Estados Unidos, perdió mil millones de dólares.

Muchos proyectos de gasificación que han intentado operar, como las instalaciones de Scotgen en el Reino Unido, han cerrado debido a problemas técnicos y económicos, incluyendo el fracaso en cumplir con la generación de energía proyectada, en recuperar la inversión y en los objetivos de emisiones trazados. A pesar de décadas de oportunidades de resolver fallas técnicas y preocupaciones económicas, la industria ha fracasado sistemáticamente en hacerlo. Además, otros proyectos han fracasado en la etapa de propuestas -después de inversiones significativas- debido a la oposición de la comunidad y a investigaciones gubernamentales por informaciones falsas y exageradas por parte de las empresas.

Las plantas de gasificación han buscado históricamente subsidios públicos para operar y ser rentables. En particular, quienes venden estas propuestas buscan subvenciones a las energías renovables en el formato de las llamadas Feed-In Tariffs (FIT), un esquema que paga por la creación de “electricidad verde”, aun cuando estas instalaciones quemen regularmente materiales de origen fósil, incluidos los residuos de plástico y carbón, lo que contradice de manera intrínseca el propósito de las “energías renovables”.

En febrero de 2017, se publicó una carta de más de 100 organizaciones medioambientales (entre ellas algunas globales como Greenpeace, 350.org y Amigos de la Tierra Internacional), manifestando su preocupación por la promoción de subsidios a energías renovables dirigidos a apoyar la gasificación, la incineración y el uso de plásticos como combustible.

El informe concluye que los programas municipales de basura cero basados ​​en la separación en la fuente, el reciclaje intensivo y el compostaje son fiables y han demostrado su éxito económico y técnico. Estos programas deberían combinarse con la eliminación de los plásticos de un solo uso que no son de valor, que son incompatibles con una economía circular.

INFORME COMPLETO EN INGLÉS AQUÍ
RESUMEN EJECUTIVO:
La gasificación y la pirólisis intentan convertir los residuos sólidos en gas o aceites sintéticos, seguidos de combustión (lo que significa que están regulados en Estados Unidos y la UE como incineradores de residuos). Las empresas han experimentado con estas tecnologías durante más de tres décadas. Este informe señala que aunque hay pocos datos disponibles sobre los intentos de instalaciones comerciales de operar, hay numerosos ejemplos de plantas que se han visto obligadas a cerrar debido a fallas técnicas y financieras. Además, otros proyectos han fracasado en la etapa de propuestas -después de inversiones significativas- debido a la oposición de la comunidad y a investigaciones gubernamentales por informaciones falsas y exageradas por parte de las empresas.

Se invirtieron más de 2.000 millones de dólares en los proyectos que figuran en este informe, todos los cuales cerraron o fueron cancelados antes de comenzar las operaciones. Entre las compañías involucradas se encuentran Air Products & Chemicals, Thermoselect, Plasco, Compact Power, Caithness, Interserve y Brightstar.

Los desafíos técnicos y económicos involucrados para los proyectos de gasificación incluyen el fracaso en el cumplimiento de la proyección de generación de energía, generación de ingresos y objetivos de emisiones. Las plantas de gasificación también han buscado históricamente subsidios públicos para ser rentables. En particular, quienes promueven estas tecnologías buscan subsidios a las energías renovables; sin embargo, tales instalaciones emitirán dióxido de carbono a partir de materiales provenientes de combustibles fósiles, incluyendo plástico y carbón, lo que contradice el propósito de “energía renovable”.